Publicado por: Ángel Rupérez


Ángel RupérezCincuenta años después de su aparición en español, editado por Revista de Occidente, aparece ahora la versión inglesa de Alianza y condena, el tercer libro de Claudio Rodríguez. El encargado de la traducción ha sido el profesor emérito de Columbia University, Philip W.Silver. El título en inglés es Alliance and Condemnation. El libro está muy bien traducido y suena muy bien en inglés, lo cual suele suceder con la poesía de calidad cuando se la somete a la prueba de la traducción. La fuerza original casi doblega al idioma de la versión, siempre y cuando el traductor no sea un incompetente y se esfuerce por hacer las cosas bien y tenga la suficiente sensibilidad y oído como para que la versión resultante en el idioma de acogida sea creíble desde todos los puntos de vista y logre transmitir la fuerza del original, el poder de lo que las palabras encarnan, casi como si fueran siervas de una experiencia originaria poderosa. Philip W.Silver ha sido cuidadoso y le ha guiado una preocupación: que se entendiera a Claudio Rodríguez en inglés y que un lector norteamericano no se sintiera excesivamente extrañado por las audacias del poeta español, siempre asombrosas y siempre llenas de sentido y profundamente arraigadas en el sentimiento original y originario. A pesar de esas cautelas, el inglés que leemos en esta versión tiene un indiscutible poder de convicción y suena a poesía en inglés, con toda la tradición poética a cuestas de este idioma. ¿Milagro? Exactamente: milagro.
Alliance and Condemnation ha sido editado por una pequeña editorial de Chicago, Swan Isle Press, exquisita en sus destalles y en su cuidado, sin olvidar que se trata de una edición en rústica, pero ¡qué rústica! ¡Qué maravilla! ¡Qué tradición editorial fabulosa la anglosajona en lo que afecta a la poesía! Creo que conviene resaltar este dato, más bien insólito, y apenas mencionado por los medios culturales españoles, sin duda porque tienen otras muchas cosas muy importantes de las que ocuparse. Un poeta esencial español del s. XX - y aun de todos los siglos de la tradición poética española - es traducido al inglés por un profesor norteamericano, gran conocedor de su poesía, y aparece editado en una deliciosa edición de una exquisita editorial sita en Chicago. ¡Bah! ¡No importa nada! ¡Y a nosotros qué! ¡Hay muchísimas más cosas de las que ocuparse! ¿Y cuántos van a leer eso en ese inmenso país? Incuria y desdén muy españoles, muy de nuestros pagos. Sin embargo, el acontecimiento merece ser resaltado. Y es lo que hizo el Instituto Cervantes, cuyo director, Víctor García de la Concha, acogió el acontecimiento y le dio carta de naturaleza mediante un acto de homenaje que se celebró en Madrid durante el mes de abril y en el que participaron Ángel Prieto de Paula, Covadonga López Alonso, Philip W.Silver, el propio Víctor García de la Concha, que presentó el acto, y yo mismo. Y es lo que hizo la ciudad de Zamora, que también dio relieve al acontecimiento en las jornadas que se celebran en esa ciudad dedicadas a Claudio Rodríguez. Allí fue presentado el libro por el propio Philip W.Silver, Fernando Yubero y yo mismo.

Los dos fueron actos emotivos, el del Cervantes algo más académico, el de Zamora, algo más informal. Pero los dos dejaron claro la grandeza de este poeta inmenso capaz de aliar en un mismo plano la presencia de la realidad en tanto que fenómeno asombroso y la misteriosa, oscura, sufriente y elevada experiencia humana.
Cincuenta años después, el español de un poeta grande vive en el corazón del idioma de Shakespeare, de Wordsworth, de Whitman, de Keats, de Emily Dickinson, de T.S.Eliot...Y todo gracias a los esfuerzos del señor Philip W.Silver. Se lo tenemos que agradecer todos los aficionados y todos los amantes de la poesía de Claudio Rodríguez. ¿Se ha oído bien? ¡¡¡Gracias!!!

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