Publicado por: Ángel Rupérez

Alliance and Condemnation ha sido editado por una pequeña editorial de Chicago, Swan Isle Press, exquisita en sus destalles y en su cuidado, sin olvidar que se trata de una edición en rústica, pero ¡qué rústica! ¡Qué maravilla! ¡Qué tradición editorial fabulosa la anglosajona en lo que afecta a la poesía! Creo que conviene resaltar este dato, más bien insólito, y apenas mencionado por los medios culturales españoles, sin duda porque tienen otras muchas cosas muy importantes de las que ocuparse. Un poeta esencial español del s. XX - y aun de todos los siglos de la tradición poética española - es traducido al inglés por un profesor norteamericano, gran conocedor de su poesía, y aparece editado en una deliciosa edición de una exquisita editorial sita en Chicago. ¡Bah! ¡No importa nada! ¡Y a nosotros qué! ¡Hay muchísimas más cosas de las que ocuparse! ¿Y cuántos van a leer eso en ese inmenso país? Incuria y desdén muy españoles, muy de nuestros pagos. Sin embargo, el acontecimiento merece ser resaltado. Y es lo que hizo el Instituto Cervantes, cuyo director, Víctor García de la Concha, acogió el acontecimiento y le dio carta de naturaleza mediante un acto de homenaje que se celebró en Madrid durante el mes de abril y en el que participaron Ángel Prieto de Paula, Covadonga López Alonso, Philip W.Silver, el propio Víctor García de la Concha, que presentó el acto, y yo mismo. Y es lo que hizo la ciudad de Zamora, que también dio relieve al acontecimiento en las jornadas que se celebran en esa ciudad dedicadas a Claudio Rodríguez. Allí fue presentado el libro por el propio Philip W.Silver, Fernando Yubero y yo mismo.
Los dos fueron actos emotivos, el del Cervantes algo más académico, el de Zamora, algo más informal. Pero los dos dejaron claro la grandeza de este poeta inmenso capaz de aliar en un mismo plano la presencia de la realidad en tanto que fenómeno asombroso y la misteriosa, oscura, sufriente y elevada experiencia humana.
Cincuenta años después, el español de un poeta grande vive en el corazón del idioma de Shakespeare, de Wordsworth, de Whitman, de Keats, de Emily Dickinson, de T.S.Eliot...Y todo gracias a los esfuerzos del señor Philip W.Silver. Se lo tenemos que agradecer todos los aficionados y todos los amantes de la poesía de Claudio Rodríguez. ¿Se ha oído bien? ¡¡¡Gracias!!!