BIG BAND
08-07-2019

Publicado por: Ángel Rupérez


Vamos Bel y yo al Galileo Galileo a escuchar a una big band. Tres hileras de músicos tocando metales - saxos, trompetas, trombones y una flauta - más un batería, un bajo y un teclista. Las voces las ponen dos cantantes, las dos mujeres. De hecho, una de ellas repite varias veces que son vintage, y no solo porque tocan música de los 40 y 50, con pocas incursiones en los 60. Son vintage porque son "mayores", y esa conciencia recorre su actuación, con un humor que esconde maldito tiempo insidioso en su conciencia. Ecos de Sinatra, también varias veces invocado, y de las grandes orquestas estadounidenses de aquella época, de las cuales recuerdo dos, porque las dos tuvieron algo que ver con Sinatra: las de Tomy Dorsey y Duke Ellington. Si recuerdas ese mundo dorado corres el riesgo de dejar en poca cosa los músicos que tocan aquella música en este   Madrid de julio de 2019. Pero en absoluto se lo merecen: son buenos músicos y ellas son dos buenas cantantes. El lugar es agradable, el ambiente de club anima a la fantasía y la escena en sí misma me hace recordar: cuando era pequeño...Y esa es la cuestión, cuando era pequeño me quedaba embobado mirando la orquesta que tocaba en las fiestas del pueblo y no quitaba ojo a los instrumentistas, el batería, el saxo, recuerdo. Ahora tampoco les quito ojo desde la cercanía en la que nos encontramos. Me doy cuenta que estoy en el presente y en el pasado a la vez, lo cual es muy frecuente en mí. Según esas cuentas, he dejado de tener una edad precisa y soy la conjunción de dos momentos, los cuales se retroalimentan entre sí. Estoy ahora mirando y resulta que me veo mirando a aquellos otros músicos o veo también que aquel niño mira a estos músicos. Parece que tengo una lupa que escruta al milímetro ciertos gestos, como entonces. En consecuencia ¿no he dejado de ser aquel que fui? En absoluto, me dice el trajín mental que suavemente rompe las barreras del tiempo para  crear estas simultaneidades en las que habito sin ningún problema. Entonces caigo  en la cuenta de que uno de mis poetas favoritos, el inglés William Wordsworth, dijo esta frase que solo he entendido muchos años después de que la leyera por primera vez: "El niño es el padre del hombre..." Sí, exactamente: soy el que fui porque aquel niño me enseñó a mirar como he estado mirando a estos músicos que han despertado en mí la memoria de Sinatra, de Tomy Dorsey, de Duke Ellington...Eso es lo que ha pasado por mi cabeza mientras escuchaba pero ¿qué habrá pasado por la de cualquier de los que escuchaban como yo, Bel incluida? 


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